7 señales que indican que podrías padecer de diabetes


7 señales de alerta que podrían indicar diabetes: ¿Estás en riesgo?


La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por niveles elevados de azúcar en la sangre debido a la incapacidad del cuerpo para producir o utilizar adecuadamente la insulina, una hormona que ayuda a regular el azúcar en la sangre. Si no se trata adecuadamente, la diabetes puede tener graves consecuencias para la salud,

Por eso, te vamos a contar 7 señales a las que debes prestar atención, ya que podrían indicarte que padeces diabetes.

Estar sediento: 

Cuando hay demasiada glucosa en el cuerpo, este se deshidrata y pide agua a gritos.

Cuando los niveles de glucosa en la sangre son demasiado altos, los riñones trabajan para eliminar el exceso de glucosa del cuerpo a través de la orina. Esto lleva a una pérdida de agua en el cuerpo, lo que puede provocar una sensación constante de sed. Además, la diabetes también puede provocar una mayor producción de orina, lo que contribuye aún más a la deshidratación.

Estar cansado y fatigado:

El cuerpo no puede utilizar el azúcar como energía, lo que te hace sentir más cansado.

Cuando la glucosa no puede entrar en las células para ser utilizada como energía, el cuerpo recurre a otras fuentes de energía, como la grasa. Sin embargo, esta fuente de energía no es tan eficiente como la glucosa, lo que puede provocar fatiga y cansancio en las personas con diabetes.

¡Un hambre voraz!:

Si tu cuerpo no puede procesar el azúcar, las células no se nutren y sientes más hambre.

Efectivamente, cuando una persona sufre de diabetes, el nivel de azúcar en la sangre es demasiado elevado, y la glucosa no puede ser procesada adecuadamente por las células del cuerpo debido a la falta de insulina o la resistencia a ella. Como resultado, el cuerpo no obtiene suficiente energía y las células pueden enviar señales de hambre al cerebro para intentar obtener más nutrientes.

Esto puede llevar a sentir un hambre voraz e insaciable, a pesar de haber comido recientemente.

Orinar con frecuencia: 

El cuerpo intenta eliminar la glucosa a través de la orina, por eso irás más veces al baño si tienes diabetes.

Cuando los niveles de glucosa en la sangre son demasiado altos, los riñones tratan de eliminar el exceso de azúcar a través de la orina. La glucosa extra en la sangre hace que los riñones trabajen más para filtrarla y esto lleva a una mayor producción de orina. Además, la glucosa que no puede ser filtrada por los riñones se elimina a través de la orina.

El aumento de la producción de orina también puede llevar a una mayor deshidratación, lo que puede a su vez provocar mayor sed.

Visión borrosa:

 Si los niveles de glucosa en tu sangre están muy elevados, el líquido de los ojos puede hacer que no enfoques bien y veas borroso. 

Cuando la concentración de glucosa en la sangre es muy alta, el exceso de azúcar en el fluido ocular puede causar cambios en su espesor y forma. Estos cambios pueden alterar la forma en que la luz se refracta en el ojo, lo que dificulta que el ojo enfoque de manera adecuada, causando visión borrosa. Además, la presencia de niveles elevados de azúcar en la sangre también puede provocar la inflamación del tejido ocular, lo que puede empeorar la calidad de la visión.

Hormigueo en manos y pies:

Con el tiempo, el exceso de azúcar en la sangre puede dañar los nervios y provocar esa sensación de adormecimiento.

Los niveles elevados de glucosa en la sangre pueden dañar los nervios periféricos, que son los que transmiten las sensaciones desde los diferentes órganos y extremidades al cerebro. Esto se conoce como neuropatía diabética y puede provocar una sensación de hormigueo, adormecimiento, quemazón o dolor en las manos, pies y otras partes del cuerpo.La neuropatía diabética es un problema común en personas que han padecido diabetes durante un largo periodo de tiempo o que tienen niveles altos y mal controlados de glucosa en la sangre. 

Heridas que tardan en curar: 

La diabetes también afecta la circulación, lo que dificulta la cicatrización.

La diabetes puede tener un impacto significativo en la capacidad del cuerpo para cicatrizar las heridas. Debido a que la enfermedad afecta la circulación sanguínea, la entrega de nutrientes y oxígeno a los tejidos se ve comprometida, lo que dificulta la cicatrización de las heridas. Esto significa que las heridas pueden tardar más tiempo en curarse y corren el riesgo de infectarse, lo que puede provocar complicaciones graves en personas con diabetes. 

El resumen es que la diabetes es una enfermedad seria que puede afectar gravemente la salud y calidad de vida de las personas. Es importante tomar medidas preventivas y seguir un estilo de vida saludable para reducir el riesgo de desarrollar diabetes. Si ya se ha sido diagnosticado, es esencial seguir el plan de tratamiento y controlar los niveles de azúcar en la sangre. Las personas con diabetes pueden llevar una vida activa y saludable si siguen el tratamiento adecuado. Es fundamental crear conciencia sobre la diabetes y trabajar juntos para prevenirla y tratarla eficazmente.