El origen del sistema ferroviario se encuentra remontándonos al año 1804 en el
sur de Gales, cuando el ingeniero de minas Richard Treveitch
modificó una máquina de vapor para que moviera una locomotora a 8 km/h y arrastrara cinco vagones cargados con 10
toneladas de acero y 70 hombres. Se desplazó sobre una vía
de 15 km de longitud. Desde entonces hasta hoy la evolución
ha sido considerable; por ejemplo, actualmente en España
hay locomotoras eléctricas que alcanzan los 350 km/h y que
transportan a más de 400 personas en vías electrificadas
con 25 kV. Así, el desarrollo no ha afectado únicamente a los
vehículos, sino a toda la infraestructura necesaria para que
circulen.
Por todo ello, los servicios de bomberos han de evolucionar
al mismo ritmo para actualizar sus técnicas y procedimientos prácticos.