Un desierto en llamas: 10 imágenes de la crisis de los pozos petrolíferos de Kuwait
"Nunca imaginé encontrar hombres luchando con maquinaria
diseñada para controlar la naturaleza de Kuwait".
Son palabras del fotógrafo Sebastiao Salgado al recordar los
días que pasó, en 1991, retratando la crisis de los pozos petrolíferos del
país.
Salgado salió de su Brasil natal para capturar el hambre en
Etiopía, éxodos migratorios en el continente africano y a trabajadores de todo
el mundo, entre otras realidades. Todo ello en blanco y negro y con un mismo
concepto clave: la esencia de las personas.
Algo que también fue el motor de su trabajo en Kuwait, el
cual ahora ha recogido en el libro Un desierto en llamas.
Durante la guerra del Golfo, una alianza internacional,
liderada por EE. UU., expulsó al ejército de la República de Iraq de Kuwait,
que habían invadido el país previamente. Como comentó Salgado, aquello
significaría el principio de una etapa de inestabilidad en Oriente Medio que ha
perdurado hasta nuestros días.
A finales de febrero de 1991 ya no había rastro de las
tropas de Sadam Husein, pero dejaron a su paso 600 pozos petrolíferos ardiendo.
El resultado de aquello fueron gigantescas humaredas,
columnas de fuego y tierra cubierta del negro color del petróleo. Una estampa
apocalíptica que anunciaba el fin de una guerra.
Cuando Sadam Husein vio venir su derrota, ordenó sabotear
los pozos petrolíferos. Con ello pretendía manipular el precio mundial del
petróleo, que creía que estaba disminuyendo por la sobreproducción de la
industria petrolífera kuwaití.
Las oscuras columnas de humo también formaron parte de su
estrategia militar, ya que limitó la visibilidad de la aviación de su enemigo.
Cuando Salgado se enteró de que en Kuwait había un desierto
en llamas que intentaba ser apagado, estaba trabajando en el proyecto Workers.
Para frenar una de las mayores catástrofes provocadas por el
hombre, ?alrededor de 3?00 valientes ingenieros, técnicos y constructores de
distintos países del mundo acudieron a la zona.
Aquellos hombres acabarían protagonizando algunas de las
fotos más emblemáticas de ese trabajo.
Vio aquel escenario en televisión y había escuchado hablar de
ello. Pero ni lo que había visto ni lo que le habían contado podían aproximarse
a lo que inmortalizaría después con su cámara.
Unos 15 equipos de 10 hombres cubiertos del negro petróleo
trabajaban en difíciles condiciones, provocadas por las humaredas y el fuego, y
con un ruido estridente que apenas les permitía comunicarse.
No era una tarea fácil. Cuando un fuego se extinguía había
la posibilidad de que se reactivara o que el pozo siguiese escupiendo petróleo,
alcanzando hasta 12 metros de altura.
Los trabajadores sufrían los efectos tóxicos del humo.
Algunos se mareaban o terminaban desmayándose y la única esperanza que les
quedaba era ser socorridos por sus compañeros. Salgado fue testigo de su
compañerismo. De como se cuidaban sabiendo que, pasara lo que pasara, todos
contarían con la ayuda del otro.
Durante aquellos días, un colega que se marchaba de la zona
regaló a Salgado un casete para que escuchara música en su 4x4.
Sin embargo, cuando lo puso se dio cuenta de que la única
canción que había era I Just Called To Say I Love You, de Stevie Wonder. Se
repetía 12 veces y él la escucharía unos cientos más durante las siguientes
semanas que viviría entre llamas.
Incluso ahora estos acordes pueden trasladarle a aquel lugar
y a aquel tiempo. Y, a pesar de que ya han pasado 25 años, estas imágenes aún
tienen un valor incalculable para también entender el presente.
"Las fotos fueron tomadas en 1991 pero podrían ser de
hoy o de mañana si ocurriera un desastre parecido".
Fuente: http://www.playgroundmag.net